Tiempo atrás dialogábamos con Tarcisio Schaad, un vecino de la localidad de Ibarlucea que había creado mediante la utilización de estiércol la producción de biogás para abastecer a su vivienda, una alternativa que posibilita la generación de energía con verdadera sustentabilidad.

Desde que en el 2017 efectuó un curso en Rosario sobre la construcción del biodigestor que citábamos en el primer párrafo, Schaad se adentró en este universo que ofrece el biogás. Continuando con sus incursiones en la materia, ha creado recientemente una lámpara con base en este combustible, el cual produce fundamentalmente con excremento de vaca al cual lo deja fermentar y con un proceso simple se lo convierte en el biogás antedicho, el cual posee propiedades similares al gas común.

En una simple definición, el biogás está compuesto por metano y dióxido de carbono que se obtiene por la degradación de residuos orgánicos sin intervención de oxígeno (anaerobia). En el caso ibarlucense se utiliza excremento vacuno, pero también se puede utilizar residuos agrícolas, industriales y domiciliarios.

 

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Por h8000024